La Visión de Santa Teresa
Homenaje en su día de desaparición el 15 de octubre del año 1582.
Cuentas de Conciencia 38 – Sevilla 9 de agosto de 1575
En el libro Cuentas de Conciencia de las obras completas de la Santa hay una increíble descripción de la mayor visión que la Santa tuvo. Ella aquí afirma que es su Señor.
2. “Súbitamente me vino un recogimiento con una luz interior tan grande que me parecía estar en otro mundo, y hallose mi espíritu dentro de sí, en una floresta y huerta muy deleitosa, tanto que me hizo recordar de lo que se dice en el Cantar de los Cantares: Veniat dilectus meus in hortum suum – venga Él, mi amado, a Su huerto y coma sus delicadas frutas”.
“Vi allí, en este Eliseo (lugar delicioso donde van las grandes almas), un joven negruzco con una extraña belleza; encima de su cabeza tenía como una guirnalda, que no corona, de gran pedrería, y muchas doncellas que andaban allí con Él, con ramos en las manos, todas en cánticos de alabanzas de Dios. Yo no hacía sino abrir los ojos para no distraerme y no me era posible quitar la atención de ello”.
“Había allí una música de ángeles y canto de pajaritos, de la que el alma gozaba, aunque yo con los oídos físicos no lo escuchaba, más el alma, estaba en aquel deleite. Yo miraba como no había allí otro hombre ninguno”.
3. “Esto duró más de hora y media –que no podía apartar mi vista ni mi atención, y con gran deleite, cosa diferente de otras visiones; y lo que de allí saqué fue más amor a Dios y tenerle más profundamente presente con aquella belleza, no es posible que fuera imaginación”.
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The Vision of Santa Teresa
Tribute on the day of her disappearance on October 15, 1582.
Accounts of Conscience 38 - Seville, August 9, 1575
In the book Accounts of Conscience of the complete works of the Saint there is an incredible description of the greater vision that the Saint had. She here affirms who is her Lord.
2. “Suddenly a recollection came to me with an interior light so great that it seemed to me to be in another world, and my spirit was found within itself, in a very delightful forest and orchard, so much so that it made me remember what is said in the Song of Songs: Veniat dilectus meus in hortum suum - come He, my beloved, to His garden and eat its delicate fruits.
“I saw there, in this Eliseo (delicious place where great souls go), a blackish youth with a strange beauty; On top of his head he had like a garland, which does not crown, of great stones, and many maidens who walked there with him, with bouquets in their hands, all in songs of praise of God. I kept opening my eyes so as not to be distracted and it was not possible to take my attention away from it ”.
“There was a music of angels and song of birds there, which the soul enjoyed, although I did not listen to it with my physical ears, but the soul was in that delight. I looked like there was no other man there ”.
3. “This lasted for more than an hour and a half - that I could not take my eyes off nor my attention, and with great delight, something different from other visions; and what I got from there was more love for God and having him more deeply present with that beauty, it is not possible that it was imagination ”.